La influencia del pensamiento en el estado de ánimo
Por Fernanda Gómez Estrada
Todos sabemos pensar pero, ¿realmente sabemos hacerlo bien? Aunque el pensamiento es una de las cosas más comunes, cotidianas y naturales en el ser humano ¿qué tan conscientes estamos de la forma en la que pensamos? Pues muy poco. Del 100% de nuestros pensamientos estamos apenas conscientes del 10 al 15% y, en el mejor de los casos, del 20%.
Es más común de lo que parece ir con el piloto automatico. Más de una vez nos pasó que salimos de casa hacia algún lugar y solo nos damos cuenta que ya llegamos a ese sitio y no sabemos ni cómo. Cuántas veces estamos caminando para ver algo y a mitad de camino nos detenemos y nos decimos a nosotros mismos: ¿qué iba hacer? Parece chiste pero es anécdota. A más de uno nos ha pasado pero estos no son más que ejemplos simples de la cotidianidad. ¿Alguna vez te has preguntado qué pasa con esto a gran escala? ¿Cómo nuestros pensamientos y la forma en la que pensamos nos define y define nuestro estado de ánimo y nuestra salud?
Hoy te quiero contar que la manera en la que podemos cambiar todo lo que nos pasa es únicamente a través del cambio del pensamiento. Esto no quiere decir que haya pensamientos buenos o malos, con esto quiero decirte que hay pensamientos que te hacen bien y otros que no. Elige de manera responsable qué pensamientos te hacen feliz y te dan un estado de paz y cuáles solo generan malestar y tristeza. Si no sabes diferenciarlos, deja que tu mismo cuerpo sea quien te diga si cuando se viene una idea a tu cabeza te genera nervios, taquicardia, ansiedad, tristeza, culpa, ira o cualquier sentimiento negativo. Si es así, es momento de cambiarla; reemplazala por una idea que te genere un cambio de sensaciones. La mejor manera de saber cuándo estamos pensando mal es cuando estamos sintiéndonos mal.
Una manera amorosa y sana de tener una buena relación con nosotros mismos y con el mundo es aprender a reconocer lo que tenemos dentro de nosotros y tomar en cuenta que lo único que podemos controlar en nuestra vida es la forma en la que decidimos pensar. Elige cada día tus pensamientos como si fueran tu ropa, limpia tu mente como limpias tu cuerpo, desintoxícate de las cosas negativas, actualiza tus viejas creencias y pensamientos y mira qué de todo lo que piensas, crees y sientes sigue siendo bueno en este momento y etapa de tu vida. Quizás te sorprenda ver que hay muchos pensamientos que ya no son útiles. El mundo ha cambiado de una manera acelerada, ¿cuánto has cambiado tú con él?.