Análisis del sistema de salud de Bolivia
Por Diego Guevara. Inmedical Bolivia, La Paz.
El mundo y por ende nuestro país Bolivia cada día se enfrenta a múltiples retos en salud, que van desde brotes de enfermedades ya conocidas (Hantavirus) o nuevas (COVID-19), el aumento de patógenos resistentes a los medicamentos, el incremento de las tasas de obesidad y de sedentarismo hasta los efectos de la contaminación ambiental y el cambio climático. Situaciones que generan enfermedad e incluso la muerte en su población, que según la OMS alrededor del 80 a 90% de los fallecimientos en todo el mundo se producen en países de ingresos bajos y medios como el nuestro debido a sus sistemas de salud frágiles, débiles, vulnerables y saturados; con falta de insumos, equipamiento e incluso de recursos humanos secundarios a crisis económicas, sociales y políticas que dejan a su gente sin acceso a la atención primaria de salud generando la auto medicación, la auto asistencia y la complicación de enfermedades que en su momento oportuno pudieron ser controladas.
ENTRE EL MARCO LEGAL Y LA REALIDAD
Con ese antecedente el 24 de febrero de 2019 nuestro país se encaminó hacia la salud universal con la promulgación de la Ley del Sistema Único de Salud (SUS), con el objetivo de que el 51% de la población, aproximadamente 5 millones de bolivianos accedan a los servicios de salud de forma gratuita; mismo que arrancó el 1 de marzo con 300 prestaciones gratuitas para bolivianos y extranjeros (en el marco de acuerdos internacionales) y con más de un millón 500 mil inscritos.
Este hecho llamó la atención, la esperanza e incluso motivación y felicidad en nuestra población generando un impacto con grandes expectativas, sin embargo, los hechos reflejan las mismas falencias que por años se han mantenido en los centros de salud y hospitales de diferentes niveles en zonas urbanas donde se escucha decir:
- “Hasta ahora no consigo una ficha, ya son tres días que vengo y cuando llego a la ventanilla me dicen que no hay, tendré que venir más temprano”
- “En la ventanilla nos tratan muy mal, a veces pago para que me lo hagan fila y en la atención me han tocado buenos y malos médicos, pero uno siempre espera que lo traten bien y a veces no pasa”,
Estos son algunos de los muchos casos y relatos que se registran diariamente en varios establecimientos de salud del país. Estos problemas no solo radican en la demanda, ahora incrementada por la aplicación del SUS; también tienen que ver con infraestructura, insumos, equipamiento, recursos humanos y la calidad de la atención, esa que no sólo significa tener acceso a una ficha, sino que el médico tenga el tiempo adecuado para hacer que el paciente logre explicar su cuadro clínico y reciba la comprensión necesaria para la correcta administración de su tratamiento.
Estas condiciones generan esperas excesivas y atención ineficaz que a pesar de la implementación del SUS no ha podido responder a las necesidades de la población, a lo cual El Gobierno en su momento aclaró que éste “no es un seguro” sino un medio que permitirá la “reorganización del sistema público de salud” con una implementación progresiva.
A esto se suma el servicio de salud en centros privados, que en muchos casos triplica o cuadriplica el precio del sector estatal, haciéndolo inaccesible para personas de medianos y escasos recursos, pero aun así la necesidad de atención medica hace que mucha gente y sus familiares asista a estas clínicas o centros a pesar de que se endeuden y tengan que vender sus bienes para pagar las elevadas cuentas que trae mantenerse con buena salud.
Según una Investigación de la Universidad ICESI de Colombia, sobre el gasto de bolsillo de la salud en Latinoamérica, publicado en mayo de 2019, en Bolivia las familias financian en promedio el 28,1% de la salud (según un Salario Mínimo Nacional corresponde aproximadamente a Bs. 596). El gasto per cápita que hace el Estado boliviano es de 214 dólares al año, es decir medio dólar al día: el más bajo de la región.
EN CONCLUSIÓN
Podemos evidenciar que en la última década no ha habido un avance significativo en las estrategias de salud, debido a que no se enfocó la atención primaria junto a la salud preventiva. Eso sumado a que el sistema público de salud y el de la seguridad social no han logrado las metas planificadas.
La mejora en salud se hará realidad cuando se planifique la atención primaria asociada a la salud preventiva, que es un proceso que requiere políticas y procedimientos bien dirigidos. Actualmente, sólo compañías privadas de micro seguros pre-pagados están brindando respuesta a estas falencias, considerando la población mayoritariamente afectada
FUENTES: